Fuegos (O el hígado de Prometeo)

En Fuegos, nos adentramos en el registro de lo ígneo, enmarcado, en esta ocasión, por los mitos de Prometeo y el Ave Fénix. En esta obra, el fuego alude obviamente a la deflagración de los conflictos, enlazando múltiples referencias a la guerra que nos conducen por el bosque incendiado con bombas de napalm en Apocalipse Now, por el Nacht und Nebel hitleriano inspirado a su vez por la tetralogía wagneriana, por la parodia de Chaplin bailando con el globo terráqueo, por el águila imperial que devora el hígado de Prometeo, tantas veces asociada a la desmesura de los imperios, y que irónicamente encabeza el pasaporte jordano de la palestina Marah Rayan, cuyo testimonio abarca el último capítulo. Lola Blasco parece multiplicar aquí su prodigiosa imaginación asociativa, enlazando las figuras y deslizándose por sus connotaciones como si se tratara de una navegación por la red, en un entramado hipertextual que actúa como principio generador de la escritura. Pero, más que potenciar un recurso característico de su estilo, lo que revela la obra es precisamente el carácter reversible de lo simbólico y, en este sentido, las múltiples veces que su sentido ha podido actuar, a lo largo de la historia, como máscara y justificación de un poder.

David Conte. Prólogo de Fuegos (O el hígado de Prometeo)